martes, 19 de julio de 2011

Vacaciones

Lo bueno de las vacaciones es que nos ofrece un espacio y un tiempo para disfrutar sin la premura de los compromisos o tareas diarias.
Es también una oportunidad que nos damos para hacer cosas que nos sacan de la rutina.
Para mi, es un tiempo para compartir con los amigos que no veo tan frecuentemente, pero que siempre llevo en mi corazón.
Antes las vacaciones las planeaba con mucho tiempo de anticipación, y me hacia demasiadas expectativas; pero me di cuenta que hacer eso solo me llevaba a tener otro tipo de compromiso, otras tareas diarias, con cierto horario por cumplir...y me cansaba, me aburría, en una palabra me dejaba insatisfecha, porque estaba pensando mas en lo que tenia que hacer, en vez de disfrutar la compañia de las personas y lo que hacia.
Tengo un tiempo, no se desde cuando, que si bien planeo los días que voy a estar fuera, los tiempos de translado, y el tipo de ropa que voy a llevar al lugar elegido, ya no hago una agenda planificada de que hacer y en que momento hacerlo. Me he vuelto mas libre, y me permito fluir.
Ahora estoy totalmente Presente. Huelo los olores que tiene cada pueblo o ciudad, veo las tonalidades que tiene el cielo, el color de la tierra, escucho sus sonidos, siento su textura, pruebo sus sabores...
Me gusta por ejemplo cuando el autobús va entrando a la ciudad de Guadalajara; las vacas descansando sobre la hierba verde haciendo contraste con el rojizo del suelo. Pareciera que a través de los vidrios pudiera oler la tierra mojada... Me impresiona cuando el avión va descendiendo sobre la ciudad de México, y tal parece que se fuera a posar sobre los techos de las casas vecinas... Lo bello de la ciudad de Guanajuato, que tan solo con entrar y salir por sus túneles pareciera un mundo aparte, y que desde el monumento al Pipila se hace una tradición tomar la foto del recuerdo...Los bellos pueblos del sur, que inspiran a pintar cuadros valiosos.
Además de este hermoso país donde es una bendición haber nacido, he tenido la oportunidad de viajar hace algunos años a algunas ciudades, grandes y pequeñas de los Estados Unidos, y la sensación también ha sido enriquecedora. ¿Quien no se vuelve niño al visitar Disneylandia? ¿Quien que diga que no le gustan los museos se resistiria a entrar a todos y cada uno de los que hay en la ciudad de Washington? La expresión artística ahí también es generosa; puedes ir caminado en una tarde calurosa de verano escuchando los acordes de una guitarra o de un saxofón, o bien sentarte a la orilla de una fuente codo a codo con alguna persona que también se sentó al igual que tu a disfrutar el momento. 
Realmente no es importante a donde vayas, sino tu actitud y tu disposición a disfrutar de cada momento. Y eso, solo lo puedes hacer estando concientemente Presente, y sobre todo, agradecido de corazón por ese instante vivido. 
¡Felices vacaciones!