Habiendo esperado largamente por sus vacaciones, una amiga mía ocupó el asiento de la ventanilla del avión, lista a emprender su viaje.
Ella miraba embelesada la belleza del cielo. Había determinado disfrutar cada momento de su tiempo libre.
Montones de nubes blancas preciosas y esponjosas flotaban en el brillante cielo azul afuera de su ventana. Respiraba profundamente sintiendo y apreciando toda esa hermosura, y también miraba hacia abajo viendo los campos llenos de texturas y colores tan llenos de vida como ella en ese momento.
Recargada en su asiento, su mirada estaba fija en el bello panorama, realmente feliz y extasiada, ...hasta que de pronto sus ojos se detuvieron a ver las pesadas alas de metal del avión.
"¿Cómo puede esta cosa mantenerse aquí arriba?", se preguntó, y su corazón comenzó a acelerarse.
Atrapada por un momento de pánico, ella vió que el suelo estaba tan lejos de ella...Sus ojos se abrieron mucho para ver el tamaño de la cabina para pasajeros..."¡Parece imposible!", pensó, "es como si una frágil mariposa nos llevara en su abultado estómago".
"Fué ridículo", se reía mas tarde cuando recuperó su tranquilidad. "Yo pasé de un total gozo, disfrute y embelesamiento del vuelo, al repentino miedo en donde a cada momento me imaginaba todo lo peor, y cómo era posible que estuviéramos volando".
Somos nosotros quienes cambiamos la frecuencia de nuestros pensamientos.
Somos nosotros quienes estamos sintiendo y vibrando a cada momento.
Decide tu de que manera vas a vivir tu vida.
Decide tu de que manera és y será tu vuelo.
