martes, 22 de septiembre de 2009

EL DESPERTAR

Llega un momento en la vida, cuando tu finalmente lo entiendes.

Cuando...en medio de todos tus miedos y locura te detienes por completo en el camino, y en alguna parte, la voz dentro de tu cabeza grita: ¡BASTA! Ya basta de pelear y llorar, o de luchar y persisitir. Y como un niño que comienza a tranquilizarse después de un berrinche, tus sollozos empiezan a disminuir, te estremeces una o dos veces, limpias tus lágrimas, y comienzas a ver el mundo a través de nuevos ojos.

Éste es tú despertar.

Tú te das cuenta de que es tiempo de dejar de desear y esperar a que algo cambie...o que la felicidad, seguridad y protección lleguen galopando desde el horizonte cercano.

Te ajustas al hecho de que tú no eres ni "El Príncipe encantado", ni "La Cenicienta", y que en el mundo real no siempre existen los finales (o incluso comienzos) de cuentos de hadas. Tú aprendes que cualquier garantía de "...y vivieron felices por siempre" debe principiar contigo...y en el proceso una sensación de serenidad nace de tu aceptación.

Tú despiertas al hecho de que tú no eres perfecto, y de que no todos siempre amarán, apreciarán, o aprobarán quien o lo que tu eres...y eso está bien. Ellos tienen derecho a sus puntos de vista y opiniones.

Tú aprendes la importancia de amarte a ti mismo, y hablar por ti mismo...y en el proceso una sensación de confianza recién encontrada nace de tu auto-aprobación.

Tú dejas de quejarte y culpar a otras personas por las cosas que ellos te hicieron (o no hicieron por ti), y tú aprendes que la única cosa con la que tú realmente puedes contar es con lo inesperado.

Tú aprendes que las personas no siempre dicen lo que quieren decir, ó quieren decir lo que dicen, y que no todos estarán siempre ahí para ti, y que esto no siempre tiene que ver contigo.

Así que; tú aprendes a pensar y sentir, y a cuidar de ti mismo...y en el proceso una sensación de seguridad y protección nace de tu confianza en ti mismo.

Dejas de juzgar y apuntar con el dedo, y tú comienzas a aceptar a las personas como ellas realmente son, y a pasar por alto sus defectos y debilidades humanas...y en el proceso, una sensación de paz y contento nace del perdón.

Te das cuenta de que muchos de las maneras de como tú te ves a ti misma y al mundo que te rodea son el resultado de todos los mensajes y opiniones que han sido implantados dentro de tu psique. Y tú empiezas a escarbar a través de toda la basura que te han estado dando acerca de: como debes lucir, cuanto debes pesar, como debes de vestirte, que debes hacer para vivir, cuanto dinero debes ganar, que debes conducir, como y donde debes vivir, con quien te debes casar, la importancia de tener y criar hijos, y que es lo que tu "debes" a tus padres, familia, amigos, etc.

Tú aprendes a abrirte a mundos nuevos, diferentes puntos de vista, nuevas formas de pensar mas constuctivas. Tú comienzas a replantearte y a redefinir quien eres tú realmente.

Tú aprendes la diferencia entre querer y necesitar, y tú comienzas a descartar las doctrinas e ideas negativas que ya superaste como resultado de tu crecimiento, las cuales, para empezar, no debiste haber adquirido...y en el proceso, tu aprendes a conducirte desde tu interior.

Tú aprendes que es verdad que en el dar está el recibir. Y que hay poder y gloria en crear y contribuir al bienestar del mundo, y tú dejas de manejarte en la vida meramente como un "consumidor" buscando cubrir tu siguiente necesidad.

Tú aprendes que principios tales como honestidad e integridad no son ideales pasados de moda de una era que se ha ido, sino la argamasa que mantiene unidos los cimientos sobre los cuales tú debes construir tu vida.

Tú aprendes que tú no conoces todo, y que no es tu trabajo salvar al mundo, y que tú no puedes enseñar a cantar a un cerdo. Tú aprendes a distinguir entre culpabilidad y responsabilidad, la importancia de establecer límites, y aprender a decir NO.

Tú aprendes que la única cruz que hay que soportar es la que tú escojes cargar, y que los mártires se queman en la hoguera.

Entonces tu aprendes acerca del Amor.

Cómo amar, que tanto dar en amor, cuándo dejar de dar, y cuándo retirarse. Tú aprendes a ver las relaciones como ellas realmente son, y no como tú quisieras que ellas fueran. Tú dejas de tratar de controlar personas, situaciones y resultados. Agradeces por el amor que tienes, y que hay en tu vida.

Tú aprendes que estar solo no significa soledad.

Tú dejas también de esforzarte por dejar a un lado tus sentimientos para "arreglar las cosas" ignorando tus necesidades. Tú aprendes que el sentir que tienes derechos es perfectamente correcto, y que es tú derecho el querer cosas y el pedir las cosas que tú quieres, ...y que algunas veces es necesario incluso exigirlas.

Tú llegas a la comprensión de que tú mereces ser tratado con amor, amabilidad, sensibilidad y respeto, y que tú no debes ni estas dispuesto a conformarte con menos.

Tú aprendes que tu cuerpo realmente es tu templo: comienzas a cuidarlo y a tratarlo con respeto. Empiezas a comer una dieta balanceada, a beber mas agua, a tomar más tiempo para hacer ejercicio.

Tú aprendes que el estar cansado alimenta la duda, el miedo y la incertidumbre, así es que tú tomas mas tiempo para descansar. Y así como la comida alimenta al cuerpo, así la risa alimenta nuestra alma; así que tú tomas más tiempo para reir y jugar.

Tú aprendes, que la mayoría de las veces, tu obtienes de la vida lo que tú estás convencido que crees que mereces, y que gran parte de la vida es verdaderamente una profecía auto-cumplida.

Tú aprendes que cualquier cosa que sea digno de obtenerse vale la pena trabajar por ello, y que el desear que algo suceda es diferente que trabajar para hacer que eso suceda. Más importante aún, tú aprendes que para obtener éxito tú necesitas: dirección, disciplina, y perseverancia. Tú tambien aprendes que nadie lo puede hacer todo solo, y que esta bien el arriesgarte a pedir ayuda.

Tú aprendes que la única cosa a la cual verdaderamente debes temer es al mas grandioso barón de los ladrones: EL MIEDO en si mismo. Tú aprendes a ir directo a superar tus miedos, porque sabes que todo lo que te sucede tú puedes manejarlo, y que el ceder tu poder al miedo es entregar tú derecho de vivir la vida en tus propios términos.

Tú aprendes a procurar tu bien, dar atención y dirección a tu vida, y a no malgastarla viviendo bajo una nube negra de un destino amenazador.

Tú aprendes que no siempre consigues lo que quieres porque pensabas que la vida no era justa, y que a veces las cosas malas le suceden insospechadamente a la gente buena. En estas ocasiones tú aprendes a no personalizar las cosas.

Tú aprendes que Dios no esta castigándote o fallando al contestar tus oraciones, sino que es sólo la vida sucediendo. Y tú aprendes a tratar con el contrario en su más primitivo estado: el ego.

Tú aprendes que los sentimientos negativos tales como coraje, envidia, y resentimiento, deben ser entendidos y reorientados, o si no, ellos sofocarán tu vida interior y envenenarán el universo que te rodea.

Tú aprendes a admitir cuando estás equivocado, y a construir puentes en lugar de muros.

Tú aprendes a ser agradecido y sentirte feliz por muchas de las cosas simples que nosotros damos por hechas, cosas con las que millones de personas sobre la tierra solo pueden soñar: un refrigerador lleno de comida, agua potable, una cama tibia y suave, una larga ducha caliente.

Lentamente, tú comienzas a tomar responsabilidad de ti mismo, y por ti mismo, y te haces la promesa de nunca traicionarte a ti mismo, y a nunca, jamás, conformarte con menos que los deseos de tu corazón.

Tú cuelgas unas campanillas fuera de tu ventana para jueguen con el viento. Tú haces de eso un motivo para continuar sonriendo, para mantenerte confiando, y para estar abierto a cualquier maravillosa posibilidad.

Entonces, con valor en tu corazón, y Dios dentro de ti y a tu lado, te enderezas, tomas un respiro profundo, y tú comienzas a diseñar la vida que tú quieres vivir.

Si siempre haces lo que has hecho, tú siempre obtendrás más de lo mismo.

Recuerda que el pensamiento más el sentimiento, es lo que te da el resultado de lo que quieres.

Conoce tus pensamientos. Siente tus sentimientos.