Hoy es el día del Superbowl XLV, y todo esta listo para el gran evento.
Para quienes nos gustan y disfrutamos de los deportes, este también es un día especial.
El juego consiste en que la equipo ofensivo logre un touchdown (con valor de 6 puntos) como objetivo principal o un gol de campo (con valor de 3 puntos) en su defecto. Para hacerlo deben avanzar parcialidades de diez yardas como mínimo que deben conseguirse en un máximo de cuatro oportunidades. Por cada diez yardas recorridas se tiene derecho a otras cuatro oportunidades para buscar el mismo objetivo de diez yardas y así sucesivamente hasta llevar o acercar el ovoide a la zona final del campo del equipo rival y lograr la anotación.
En el partido hay reglas, y los árbitros están ahí para hacerlas cumplir.
Hay balones sueltos, captura del quarterback, intercepciones, castigos, etc.
Y también hay (gracias a Dios que no son muchos) jugadores que en ocasiones salen lastimados pese a todo su vestimenta protectora.
Hoy saldrán estos dos equipos a tratar de ganar para obtener el trofeo Vince Lombardi, nombrado así por haber sido el ganador de los dos primeros Superbowls.
Me gusta ver el Superbowl por toda la emoción, alegría y entusiasmo que envuelve a este evento y lo que yo puedo aprender de el. Si bien en cada uno de ellos tengo a mi "equipo favorito", elijo quedarme al final del partido con lo que a manera muy personal me enriqueció y adopte para mi vida: Desde el inicio cuando se reunen para orar, la superación de obstáculos, infatigable determinación por alcanzar el objetivo, cooperación en equipo, juego limpio, pasión por lo que se hace, celebración por metas obtenidas, hasta los discursos al final del partido, y tantas muchas cosas más.
Me apropio siempre de lo Bueno.
Cada uno ve o no el Superbowl del football americano, ese es su gusto y elección.
Yo sí. Yo hoy festejo "¡Mi Superbowl!". ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
