Sintiéndome tan sensible hoy, y sintiendo el Amor tan presente, quiero escribir lo que mi corazón me dice. Voy a hablar de Angélica, La Preciosa. Angélica es una amiga que también se convirtió en parte de mi familia, y creo que yo en parte de la de ella. Ella era risueña, gritona...bueno, mas bien dicho hablaba con voz alta, ¡con tono norteñote! Siempre le hacia broma diciéndole que cuando yo iba rumbo a su casa yo sabia que ella estaba ahí porque su voz se escuchaba hasta la carretera nacional, hasta el "Don Julián", la tienda de hojarascas, empanadas, turcos, y demás pastelería regional que hacen en esa área del Alamo. Cuando le decía esto, ella se reía con sus carcajadas: "¡Ash!, ya se manita" me decía. Desde que llegaba no parábamos de hablar. Ponía fruta en un plato, queso, frituras, o lo que tuviera en su casa, porque la platica iba para largo. Tanto así que duraba 6, 7, o mas horas. La plática siempre era tema tras tema. Hablábamos de todo. Todos los temas...